3 Domingo ordinario ciclo c
LAS PRIORIDADES DE JESÚS Hace dos domingos celebrábamos el Bautismo de Jesús, en el que se nos contaba como Jesús tuvo una experiencia fuerte de Dios: el Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma. Se nos mostraba que toda la vida de Jesús estuvo guiada por el Espíritu Santo, por Dios, por la fuerza de Dios. Conducido por ese Espíritu, Jesús va a su pueblo, a Nazaret. Entra en la sinagoga, donde los sábados se reunían los judíos para orar a Dios. Y comienza a leer un pasaje del profeta Isaías. Jesús lo lee y así les comunica a la gente de su pueblo cual el sentido de su vida, de su misión en la vida. Lo primero que Jesús anuncia es que ha sido ungido por el Espíritu. Ungido quiere decir “Cristo”. El cristiano es una persona ungida por el Espíritu para hacer el bien que se nos explica a continuación: Evangelizar a los pobres = anunciar la Buena nueva a los pobres, a los necesitados, a los que sufren. Proclamar la libertad a los cautivos= liberar a los que vivían como esclavos por las leyes sociales y religiosas. Vivían bajo la esclavitud del imperio romano y de las propias autoridades judías. La vista a los ciegos= No se trata de ciegos físicos, sino a lo que su manera de interpretar a vida les conducía al sufrimiento. Poner en libertad a los oprimidos= liberar a los que vivían bajo la opresión del poder, del dinero, de la ambición, de las apariencias. A proclamar el año de gracia del Señor= El Dios que Jesús anuncia es un Dios lleno de bondad, de ternura, de perdón. No es el Dios juez y castigador que los judíos esperaban. Jesús, después de leer el texto, proclama: Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír. Ese “hoy” quiere decir siempre. Esto nos revela cual es la tarea y la dedicación de Jesús. Por eso, en este domingo, a luz del evangelio, cuestionemos si nuestras prioridades, nuestros objetivos, son los mismos que los de Jesús. Para Jesús lo más importante era aliviar el sufrimiento de la gente.